En el Yamaha World Technician Grand Prix, que se celebra cada dos años, el mecánico de motos que representaba a Taiwán parecía joven. Esta historia trata sobre un padre y su hijo que se esforzaron por ser los mejores del mundo en su profesión, el respeto y la gratitud del joven por su padre, así como su pasión y orgullo como mecánicos de motos.
Para muchos clientes, su técnico de motos es el representante de la marca Yamaha que tienen más cerca. El técnico tiene el conocimiento y las habilidades para inspeccionar y mantener adecuadamente su producto Yamaha, y es responsable de proporcionar un servicio que brinde tranquilidad al estilo de vida motorista del cliente.
El ideal compartido por todos los mecánicos de Yamaha es proporcionar un "servicio personalizado" para crear una relación positiva de confianza con cada cliente. Yamaha también administra el programa de formación y educación para mecánicos en la Yamaha Technical Academy (YTA) con un único estándar global para garantizar que los clientes reciban el mismo servicio de alta calidad de cualquier concesionario Yamaha en todo el mundo.
En 2018, había aproximadamente 34 000 mecánicos de la YTA capacitados y certificados en todo el mundo, y la Yamaha World Technician Grand Prix es la competición bienal en la que los mejores técnicos compiten con sus homólogos en todo el mundo. El evento de 2018 fue disputado por 21 técnicos de 19 países que habían ganado sus calificaciones regionales, todos decididos a probar sus habilidades mejoradas día tras día contra los mejores con la esperanza de ganar el título número 1 del mundo.
El joven mecánico Wu Chang Wei fue el representante de Taiwán en el Yamaha World Technician Grand Prix de 2018. Yamaha Motor Taiwán ofrece un amplio soporte y formación para alentar a la próxima generación de líderes en los principales distribuidores de Yamaha en todo el país. Con esta ayuda, Wu se ha dedicado a perfeccionar su artesanía a un nivel excepcional. Su padre, un técnico de pleno derecho, también representó a Taiwán en la competición de 2005, obteniendo el segundo lugar. Wu admira a su padre con respeto y gratitud y aporta el mismo orgullo y pasión a su profesión.
Esta es la historia de un padre y un hijo que pusieron a prueba sus años de conocimiento y repertorio de habilidades en un intento de coronarse como el mejor del mundo.